El Lacio y un lugar llamado Roma

Hola, amigos y amigas del mundo romano: 

Roma, siempre, ha sido un lugar estratégico en el mundo meditarraneo. Era y es un punto de encuentro, en donde muchas personas de diferentes lugares; tanto de África , el norte de Europa y de la parte Oriental de este continente, llegaban, se establecian y se dedicaban al comercio, otros como por ejemplos legionarios, volvían tras muchos años de servicio, y asi infinidad de ejemplos que pudieron haber existido. Cartas encontradas por los arqueólogos, relatan mensajes de intercambios, de como se sentían y como vivían en esta gran ciudad. 
 Los primeros asentamientos permanentes en la zona dan una cronología no anterior al siglo ix a.C. La ubicación estratégi­ca de la futura Roma es bien conocida: en la margen izquierda del Tiber , a la altura del vado denominado Isla Tiberina y a unos 20 km de la costa tirrénica. La topografía del conjunto presenta un perfil de altiplanicie semicir­cular flanqueada por una serie de colinas que, de un modo u otro, fueron incorporadas a los orígenes históricos de la ciudad. Al La­cio, llegaron influencias de las dos culturas protohistóricas predominantes en el ámbito itálico: la villanoviana, del norte, basada en la agricultura y la extracción de metales, y de tradición crematoria, puesto que incineraban a sus muertos y enterraban sus cenizas recogidas en pequeñas urnas; y la apenínica, procedente del sur, basada funda­ mentalmente en la economía pastoril, de tradición inhumatoria con enterramientos en fosas, pozos o cámaras.
La zona del Foro, alrededor al 600 a.C. proceden los restos más antiguos de la Urbs: el templo de Vesta, la Curia y la Regia, que indican la existencia ya en esta fecha de cultos, lugares de reunión y residencia del rey, respectivamente, lo que indica la existencia de otro espacio sacral o público, en el que se ubicaban las construcciones reales o religiosas, así como un lugar reservado al culto que se diferencia claramente del espacio reservado a las actividades propias de la civitas vetus. Todos estos indicios muestran, sin embargo, que el área urbana estaba ya ple­namente configurada y que el Foro actuaría de foco de atracción sobre los habitantes de las colinas, que acabarían engrosando la po­blación de la llanura.


Fuente: Bravo, Gonzalo (1998): Historia de la antigua Roma. Madrid. 

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