LAS IDUS DE MARZO: EL GRAN JULIO CÉSAR

Buenas días, buenas tardes o buenas noches, depediendo de la hora en que estés leyendo esto. Se acercán las Idus de Marzo, y para los que nos gusta el mundo romano, es una fecha clave, que todos saben y recuerdan. Más que nada, las Idus de marzo del 44 a.C. Ese día todo cambió; la gente, la forma de ver la política, la económia, el destino de un pueblo. La muerte de una persona importante, hace que se empiecen a mirar las cosas de otra manera. Ver a Roma, sin Julio César, es inimaginable. Siempre se lo menciona, aunque algunos lo hayan visto como un tirano o alguien que trajó cambios al mundo romano. De la manera, que se lo mire, dejó una huella en la historia de la humanidad, que es imborrable. 
El destino de César, ya estaba marcado, tarde o temprano, algo le iba a pasar. Después de una guerra civil, contra Pompeyo, varios enemigos, partidarios de este último lo querían ver muerto. 

"Partidarios y oponentes habían supuesto que la política de conciliación proclamada por César era auténtica, y que su propósito final era, como en otro tiempo el de Sila, la restauración de la res publica. Esta esperanza fue deteriorándose de día en día cuando Céśar, lejos de restaurar las instituciones tradicionales y otorgarles nueva vida, las utilizó para imponer su voluntad de poder. La oposición aceptó el perdón y externanmente se adaptó a la nueva situación, pero rechazandola en lo íntimo. Más grave fue, el alejamiento de César de sus propios partidarios y la perplejidad que sus actos causaron en la opinión pública. La falta de interes por las instituciones y por la tradición, la obsesiva preocupación por atacar la solución de los problemas de estado sin atenerse a las formas legales, sólo apoyado en su propia autoridad y en su corte personal, no podían conseguir el fortalecimiento de un nuevo orden duradero. Es decir, faltó la posibilidad de acoplar los intereses propios de César-su aspiración al poder y al eficacia- con los generales, que exigían de forma unánime nuevas instituciones o restauración de las antiguas. Y estas carencias empujaron a César a un mayor distanciamiento, respondido por la incompresión de la sociedad romana, de la que resultaron  malentedidos, caldo de cultivo para la conjura."

Plutarco: "Todavía hay muchos de quienes se puede oír que un adivino le anunció aguardarle un gran peligro en el día del mes de marzo que los romanos llamaban idus. Llegó el día y yendo César al Senado saludó al adivino y como por burla le dijo:<<Han llegado, sí; pero no han pasado>>.

Suetonio:"En cuanto se sentó, le rodearon los conspiradores con pretexto de saludarle; en el acto Cimber Telio, que se había encargado  de comenzar, se le acercó para dirigirle un ruego; pero, negándose a escucharle e indicando con un gesto que dejara su petición para otro momento, le aferró la toga por ambos hombros, y mientras exclamaba <<Esti es violencia>>, uno de las Casca, que se encontraba a su espalda, le hirió algo más abajo de la garganta. Tomole César el brazo, se lo atravesó con el puñal y quiso levatarse, pero un nuevo golpe lo detuvo. Viendo entonces puñales levantados por todas partes, se envolvió la cabeza en la toga, mientras que con su mano izquierda estiraba los pliegues sobre sus piernas para caer con más decencia, con el cuerpo cubierto hasta abajo. Recibió veintitrés heridas, sin haber gemido más que al recibir el primer golpe. Sin embargo, algunos escritores refieren que viendo avanza contra él a Marco Bruto, le dijo en lengua griega:<<¡Tú también, hijo mío!>>. Cuando lo vieron muerto, huyeron todos, quedando por algún tiempo tendido en el suelo, hasta que al fin tres esclavos le llevaron a su casa en una litera, de la que pendía uno de sus brazos. 


Fuente: Roldan, José Manuel (2008) Césares. Julio César, Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. La primera dinastía de la Roma Imperial. Madrid. 

IMAGENES DE LA MINISERIE (JULIO CÉSAR) DEL AÑO 2002. PROTAGONIZADA POR JEREMY SISTO. 

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